Realmente no es fácil, porque trabajar en ciencia supone mucha dedicación y constancia. Sin embargo, ser científico es un trabajo muy gratificante y en la mayoría de las veces se consiguen avances y resultados que te dan grandes satisfacciones personales que siempre comparto con la familia. Esos momentos compensan todo el sacrificio y esfuerzo que le dedico a la ciencia. Mis hijos disfrutan mucho cuando les cuento lo que hago y cuando los llevo al laboratorio. Siempre muestran mucho interés por lo que hago y eso para mi es muy importante.
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